El gerundio es una de las voces más difíciles de manejar en nuestro idioma, ya que de tan usada, es más factible que la utilicemos mal. Por eso, trataremos de abordar su uso desde todos los ángulos que nos sea posible, tratando de despejar algunas dudas.
Ante todo, de qué hablamos: el gerundio es una forma verbal no personal terminada en ando, endo o iendo (amando, pescando, sonriendo, escribiendo, leyendo) con valor adverbial, que no debe ser usado con valor de adjetivo ni de sustantivo, en ningún caso, como sí lo tiene en otros idiomas, como el inglés.
El gerundio no anda solo por la vida –y mucho menos, por las páginas escritas– o formando sus propias oraciones como un verbo común, sino que acompaña al verbo principal, con el que construye paráfrasis, verbos compuestos, pudiendo tener incluso su propio sujeto. Tácito o explícito, el verbo debe estar. De lo contrario, no es un gerundio lo que debemos usar. “Durmiendo con el enemigo” es un título cinematográfico tan famoso como errado. Lo correcto hubiera sido “Dormir con el enemigo”, por ejemplo.
El gerundio no sabe de historia ni mucho menos de futuro: siempre expresa una acción simultánea o inmediatamente anterior a la del verbo principal: “La cajera me miró sonriendo”, “Fui al cine caminando”.
Para más precisión, se ha definido como regla que el gerundio, para ser usado correctamente, debe cumplir simultáneamente con tres premisas:
• Funcionar como verbo o como complemento circunstancial (adverbio).
• Como dijimos, expresar inmediatamente anterior o simultánea a la del verbo principal; en algunos casos puede ser posterior, pero tan inmediata que parece simultánea (ejemplo: “Chocó, muriendo al instante”).
• Que tenga el mismo sujeto que el del verbo principal o tenga su propio sujeto, en cuyo caso debe separarse con comas y el sujeto debe posponerse (“Calentando el sol, salimos a pasear”). También puede utilizar como sujeto el objeto directo del verbo principal, en los casos de verbos perceptivos o que denotan representación (“Oí cuervos graznando”, “filmó a un auto acelerando”.
Cuando el gerundio comparte el sujeto con el verbo principal, se lo debe separar con comas si se lo coloca antes del verbo principal o entre el sujeto y el verbo. (“Juan entró pateando la puerta” o “Pateando la puerta, Juan entró”)
Por regla general, a no ser que sea como resultado de una modificación del orden lógico de una oración, el gerundio no debe iniciar un párrafo ni colocarse luego de un punto.
Cuando se lo usa en su forma simple, expresa simultaneidad con el verbo principal (“Caminaba mirando las vidrieras”). Cuando se utiliza su forma compuesta, se refiere a una acción inmediata anterior (“Habiendo escuchado los argumentos, tengo una opinión formada”).
Como mencionamos más arriba, un uso habitual es el de modificador del complemento directo de algunos verbos de percepción (ver, oír, escuchar, encontrar) o de representación (pintar, dibujar, fotografiar). En estos casos, siempre su utilización tiene un valor temporal, es decir, debe referir a acciones ocasionales, momentáneas, no a situaciones permanentes o que transcurren con demasiada lentitud. (“Lo crucé corriendo” implica simultaneidad y ocasionalidad; “Todos los días veía los rosales floreciendo” refiere a una acción demasiado lenta, y es preferible reemplazarlo por el infinitivo).
También, para evitar ambigüedades, se debe colocar los más cerca posible del verbo, o evaluar si no es preferible utilizar otra construcción (“Te vi cantando” es menos ambiguo que “Cantando, te vi” porque posicionamos el gerundio lo más cerca posible del verbo).
Usos incorrectos
Un breve repaso por los usos incorrectos del gerundio más comunes:
1) Cuando indica una acción posterior a la del verbo principal (“Tomó un taxi, llegando más tarde a su casa”. “Se enfermó gravemente, falleciendo a los pocos días”).
2) Cuando toma el valor de un adjetivo especificativo, tanto del sujeto como de cualquier complemento (“Escribió una carta detallando los motivos”. “Encontró un paquete conteniendo ropa nueva”).
3) Cuando equivale a “con lo cual”, “por el cual”, “en el cual”, “tras lo cual”, “por el que”, en casi todos los casos está mal utilizado, o es preferible no utilizarlo (Ejemplos: “Se escaparon de la cárcel, huyendo al extranjero”; “el Concejo sancionó la ordenanza prohibiendo la venta de alcohol”; “se mezclan los ingredientes. consiguiéndose el relleno”).
Cómo reconocerlo
El uso del gerundio es generalmente correcto si se puede sustituir por una forma personal del verbo precedida de “mientras”, “al mismo tiempo que”, “a la par que”, “en tanto que”, “una vez que”, “no bien”, “después que”.
Por ejemplo, “Paseando, me encontré con Gloria” equivale a “Mientras paseaba, me encontré con Gloria”. “Cenando muy de prisa pudo llegar a tiempo” expresa lo mismo que “No bien cenó muy de prisa, pudo llegar a tiempo”.
Para comunicarnos, para expresarnos, para transmitir las cuestiones más diversas usamos un código. Ese código es nuestro idioma. Cuanto mejor lo manejamos, mayor es nuestra capacidad de comunicarnos, de hacernos entender y de llegar a más lectores.
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